Euskal Herria: reseña de la opresión

Por Ezequiel Alvarez







El tiempo pasa y la historia no cambia. Desde mediados de siglos XVI, Euskal Herria se ha teñido de sangre y sus apacibles y tranquilos pueblos, al igual que grandes urbes industrializadas, se han plagado de mártires, víctimas de una lucha que enfrenta a David y Goliat. Al País Vasco contra el Estado español y francés. Al derecho legitimo de autodeterminación contra la opresión y tortura bajo la bandera de la democracia.


Durante más de 300 años, y pese encontrarse bajo limite territorial de España, los vascos mantuvieron sus fueros, una herramienta fundamental para la toma de decisiones políticas en la región. La historia comenzaría a cambiar luego de las dos Guerras Carlistas, disputa entre absolutistas y liberales en busca de la sucesión de la corona española, y la definitiva abolición de los fueros en 1878. La paz comenzaría a ser sinónimo de una corta tregua.


El nacionalismo vasco creció de manera contundente, promovido por el sometimiento a los estados expansionistas de España y Francia y se vio reflejado en la creación de ciertas expresiones políticas y sociales como el Partido Nacionalista Vasco, pero con un traqueteo de fusil como banda sonora de fondo. El euskera, lengua que no posee ninguna relación con los otros idiomas europeos, y la ikurriña, bandera vasca creada Sabino Arana Goiri, considerado como el padre del movimiento nacionalista vasco, son los estandartes culturales que aún sobreviven y son enarbolados como símbolo de su nación.


Pasado, Presente y Futuro


Los indicios de los primeros asentamientos que derivaron en el actual pueblo e imaginario cultural vasco datan de miles de años. Son los últimos pobladores originarios en un estado casi puro de Europa, ya que conservan una cosmología y forma de vida acorde a sus antepasados. Varios gobiernos de turno vieron esta identidad vasca como una problemática e intentaron corromperla estimulando inmigración desde otras regiones ibéricas y desprestigiando el euskera. Era la barbarie contra el cristianismo.


Las bombas de la Luftwaffe al servicio del dictador Francisco Franco que llovieron en Euskal Herria, bastión de la resistencia durante la Guerra Civil española, hacen el mismo ruido que las actuales medidas que toma el PSOE, similares a las que propulsó el Partido Popular en el pasado. "Francisco Franco era mucho más benevolente en materia penitenciaria que el actual gobierno de Rodríguez Zapatero", aseguró César Manzanos, portavoz del colectivo que trabaja en apoyo a los presos Salhaketa.


La lucha por la autodeterminación del País Vasco tiene varios heridas abiertas a lo largo de la historia. El rol de ETA ha marcado a fuego el conflicto vasco, al igual que el cuestionamiento de las izquierdas independentistas y de sectores más críticos frente a la política de convivencia entre el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y el Estado español, que hasta llegan a considerar al Lehendakari como un simple títere de Madrid. El conflicto divide las aguas dentro de las siete provincias que conforman Euskal Herria, al igual que en España, mientras las treguas se suceden de violencia.


La salida política al conflicto cada día esta más lejana, gracias a la buena voluntad del Estado español y francés en ilegalizar los partidos independentistas, manchando cualquier expresión política relacionandola con ETA. La lucha armada es poco viable, ya que se encuentra desprestigiada y desgastada por las perdidas humanas durante varios siglos, y los partidos políticos esta siendo ferozmente atacados. Así, las dos vías para la posible salida del conflicto se encuentran bloqueadas. Solamente el entendimiento y la libertad hacia el pueblo vasco ahorrarían sangre y sufrimiento.











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