Un espacio alternativo de cultura

Por Matías Noli


Aarón Rositto recorría el estacionamiento recuperado por los estudiantes de la facultad de Ciencias sociales, en Azcuenaga 933, con un sólo objetivo: difundir sus producciones. Aarón no tenía más de diez años, pero sí tenía una propuesta narrativa que ofrecerle a la décima Feria del Libro Independiente (FLIA) que se estaba llevando a cabo en ese lugar. En sus manos llevaba varios ejemplares de Historietas heróicas, un material dibujado y guionado por él mismo, en el artesanal formato de dos hojas A4 abrochadas con ganchitos. Costaban 2 pesos la tira corta y 3 la larga. La pregunta que surge luego de ver la historieta de Aarón no tiene tanto que ver con su contenido o su calidad, sino con que si podría tener lugar en el circuito editorial argentino, por ejemplo, en la Feria del Libro. La respuesta es, definitivamente, no.
Por esa razón, hace tres años, se creo la FLIA: para darle lugar a todo el bajage de artístas que no tiene las pretensiones o los medios comerciales para distribuir sus materiales con el nivel publicitario que disponen y exigen los grandes eventos. "Levantemos nuestras copas; bienvenidos a la poesía", gritó alguien desde la radio abierta, facilitada por FM La Tribu, que estaba montada allí, para dar inicio a la décima ocasión en que escritores, artesanos, poetas y diseñadores independientes se extendieron en más de 100 stands, a lo largo del estacionamiento recuperado de la facultad de Ciencias Sociales. Editoriales alternativas, como Eloisa la Cartonera o Duniashka, a la que pertenece Aarón, brindaron sus libros a precios realmente accesibles. Hubo, adémas, proyecciones de documentales y charlas debate.

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