El Periodismo Border es un Frankenstein del oficio, una invención que puede producir espanto o admiración por su creador en igual proporción. Básicamente, consiste en experimentar las noticias para construir desde adentro el relato, mirar con ojos alienados -“extraterrestres”, según Cicco- todo lo que se presente en la producción de una nota, incluyendo lo que le pasa a uno mismo; y asesinar narrativamente a toda celebridad: “Yo -explica el autor- fusilo a la figura pública para descubrir a la otra persona que está detrás”. En el epílogo del libro hay un apartado que explica, en siete pasos establecidos por el autor, qué es el periodismo Border.
Cicco lo dice claro: “Vivirlo, para poder contarlo”. Y esa premisa lo llevó desde un papel en una película pornográfica hasta enterrar cadáveres en el cementerio de la Chacarita; desde desnudarse en Buenos Aires porque la entrevistada -que era nudista- se lo sugirió, hasta la casa de la familia Süller, cuando los hermanos Süller eran tapa de revista. Todo contenido en un libro que, si se quiere apreciar una manera de ejercer el periodismo más parecida a la de Hunter Thompson que a la de Clarín, vale la pena leer.
Cicco durante la producción de su libro
Fotografías: Julián Bongiovanni
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