Un actor improvisado



Es una fría mañana de septiembre. En el bar continuo a la facultad de Ciencia Política de la UBA, Martín Rechimuzzi (en la foto, el tercero empezando a contar desde la izquierda) se pide un café con leche con medialunas. Desde las otras mesas nadie sospecha que se trata de un actor con cierta trayectoria en un show harto conocido: Match de Improvisaciones Mosquito, en escena hace más de diez años en el teatro “El Vitral”, en Rodríguez Peña, a metros de la Av. Corrientes. Aunque ahora participa en el show esporádicamente, Rechimuzzi actuó durante tres años, todos los fines de semana, bajo la dirección de Fabio "Mosquito" Sancineto, mientras se “entrenaba” en el arte de la improvisación con el mismo director como profesor.
El género, instalado en el país en la década del 80 por un grupo de actores, entre los que se encontraba Sancinetto, tiene hoy varios referentes. Con el tiempo ha ganado respeto y, sobre todo, espectadores. Aquí habla un actor de 22 años que entró en el mundo de los escenarios jugando a improvisar y hoy vislumbra una carrera actoral.


-¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
-Cobrar (risas). No, en realidad es el desafío de hacer en veinte segundos lo que la gente te ordena. Es gratificante saber que uno puede crear una historia en poco tiempo y lograr que la gente disfrute. Es una tarea que necesita de un mínimo bagaje cultural para no caer en un humor fácil y burdo, esa es una de las razones por las que estudio Ciencia Política.

-¿Cómo es tu relación con Mosquito?
-En realidad, hay tres Mosquitos: uno director, uno actor y uno humano. El primero es el más exigente, estricto. Lo veo en los ensayos. El actor es gracioso, imaginativo, sagaz, incisivo, con un gran manejo del público, al que yo veo cuando estoy actuando sobre el mismo escenario. El último, el humano, que es el menos conocido, es una persona más seria. Se lo ve solamente en la intimidad, en las cenas de amigos, los cumpleaños y los velorios.

-¿Cuál es el peor error que podés cometer sobre el escenario?
-Hay diferentes tipos de errores. Pueden ser de técnica, de escuela, de falseo del personaje. También están los actorales, que son los relacionados con los vicios como las ansias de protagonizar todo el tiempo. En ese caso no estás contribuyendo a la historia sino luciéndote sin respetar el juego conjunto. Pero el peor en la “impro” es matar a un compañero en escena o humillarlo. Por ejemplo, si lo escupís, siempre actuando claro, el otro no puede dar una respuesta favorable para un show de humor como el que hacemos. En el match tradicional se cobraban faltas continuas, y en el caso de escupir se anulaba el juego. Lo que se intenta es no llegar a la violencia.

-Si tuvieses que elegir un estilo de actuación, ¿cuál sería?

-El grotesco, porque es el más relacionado con el humor, y eso es lo que más me gusta. Tiene que ver con la exageración de todo, es lo opuesto al naturalismo. Igualmente, para llegar a ser un actor integral no se puede hacer siempre lo que a uno le gusta, sino tratar de abarcar todas las escuelas.

Brenda Struminger

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