Arte extremo

Primero el éxito, después la vida


Por Rocío Moris


El siglo XXI es el siglo de lo sensorial, donde los artistas plásticos, pintores y escultores intentan llevar sus sentidos al límite mediante sus creaciones para experimentar desde la plenitud espiritual, hasta la más cruel de las torturas. En este contexto, poner el éxito personal por sobre el dolor ajeno, es válido a la hora de hacer arte.

Exhibir a un perro hambriento o comerse un feto puede sonar cruel, “pero el mundo lo es aún más”, argumentan creadores que llevan sus obras al límite con el fin de sacudir la conciencia de una sociedad que oscila entre la compasión y la hipocresía.

Este es el caso de Guillermo Habacuc Vargas, un artista costarricense de 32 años, que se ha hecho famoso internacionalmente por haber presentado en una exhibición a un perro callejero amarrado y haberlo dejado morir de hambre y sed. “Yo no llamaría arte extremo si lo extremo es lo que relata”, se justifica el artista.

La historia, que tuvo lugar en la Galería Códice de Managua (Nicaragua), buscaba una reflexión sobre la indiferencia de la sociedad actual y acabó con el creador amenazado e insultado a través de miles de correos electrónicos y cartas de defensores de los derechos del animal.

Sin embargo, el uso del cuerpo humano o de animales en piezas de arte no es nuevo. En 2003, el artista chino Zhu Yu, realizó el acto de comer un feto humano como parte de una acción artística que tituló Cerebro humano enlatado. En 2004, Yoshua Okon creó para una galería mexicana la pieza HCL, el símbolo químico del ácido clorhídrico que ayuda a la digestión. La obra de Okon consistió en colocar una tubería transparente que atravesaba la galería, y hacer circular en ella vómito donado por personas con bulimia.

Así, con varios los artistas que utilizan la desgracia y la exposición del otro para trascender como profesional, y en ese juego, también entran los espectadores. En el caso de Habacuc, el rol del público cobró importancia durante el hecho que inspiró al artista a hacer la obra: un indigente que fue atacado por dos perros Rotweiller al entrar en un taller, mientras una cámara de TV filmaba y la policía no intervenía. El hombre se llamaba Natividad Canda y murió desangrado.

El papel de los espectadores es aquí clave, ya que son la influencia que mueve a los artistas como Habacuc y que buscan la fama sin importar los medios. A veces el fin no justifica los medios, y este es un ejemplo clave. Habacuc, amado por algunos y odiado por otros es ahora famosos mundialmente. El perro que protagonizó su muestra murió. El éxito profesional pudo esta vez ganarle a la vida misma.

Prensa ¿gratuita?


Por Brenda Struminger


¿Quién no desea recibir un regalo? Poseer algo repentinamente sin hacer otro esfuerzo que el de estirar la mano y recibirlo. No obstante, si al caminar por la calle se recibe sin cargo alguno, por ejemplo, un diario, habría que preguntarse si se trata realmente de un regalo, o si, por el contrario, se está pagando un precio al recibirlo y consumirlo (un valor ya no monetario, pero sí subjetivo: el del tiempo que se invierte en leer propaganda política)

Ejemplos Argentinos
El de la prensa gratuita es un fenómeno mundial; incluso existen congresos internacionales para estudiar y debatir el tema. En la Argentina, el principal exponente es el diario La Razón. Fundado en 1905 como periódico con precio de tapa, comenzó a distribuirse en forma gratuita a partir de 1998, luego de atravesar diferentes problemas económicos y gremiales. En el año 2000 el diario quebró, y fue rápidamente adquirido por el Grupo Clarín. A partir de entonces, el periódico comenzó a distribuírse en forma libre y gratuita, al tiempo que cambió su línea editorial. (Para información detallada sobre el desarrollo en el tiempo de La Razón hacer click aquí)
Desde hace aproximadamente un año, durante la semana se reparte en diversos puntos claves de la Ciudad de Buenos Aires el periódico matutino El Argentino, de clara tendencia oficialista (basta con leer dos notas de sus tapas para confirmarlo), editado por Sergio Spolsky, conocido empresario de medios, públicamente acusado por periodistas por su manejo periodístico anti-ético, y poseedor de otros medios como la Revista 23, Debate y 7 Días, y el periódico universitario gratuito La U.

Lucha por la opinión
Según el catedrático español de Ciencias de la Información Alfonso Nieto Tamargo, las publicaciones periódicas gratuitas tienen un único y primordial ingreso proveniente de los anuncios que publica, difundiendo exclusivamente mensajes publicitarios o también informaciones de carácter general y especializado. Es cierto que estos periódicos subsisten gracias a la publicidad, pero también al subsidio estatal, y la financiación por medio de empresas con intereses en ciertos sectores de la sociedad: lo que subyace a la distribución de estos dos periódicos gratuitos es una competencia por la opinión pública, otra faceta del enfrentamiento entre el gobierno de turno y los grupos económicos. Sería interesante que la mayoría de la población fuera consciente de que las redes de poder político se entretejen también en torno a este tipo de medios.

Humanos en un mundo infrahumano

En la sociedad argentina se encuentra esparcida la creencia de que si los presos sufren vejaciones es porque lo merecen: estar en la cárcel debe ser un castigo por las violaciones a la ley. Sin embargo, el artículo 18 de la Constitución argentina reza: “Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas”.
Los agravios producidos a los presos son de todo tipo. Las condiciones edilicias son indecentes: cientos de presos deben utilizar un solo baño y una sola ducha, dormir apiñados. A la vez, el sistema de salubridad es paupérrimo. Ambas situaciones son fruto de la falta de disponibilidad de fondos económicos destinados a las cárceles.

Violencia
De parte de los guardias hacia los convictos existe un maltrato constante. La violencia se ha naturalizado como una regla implícita, tanto para los presos, que soportan ese abuso de poder, como para quienes lo ejercen impunemente. Violaciones, golpizas, torturas, son algunos de los métodos utilizados para controlar a los reclusos. La socióloga Alcira Daroqui, investigadora del Instituto Gino Germani, dice que “este es un problema que ha existido en 250 años de historia del sistema carcelario mundial”. Aunque es cierto que se trata de una cuestión global e histórica, debe tenerse en cuenta que en países subdesarrollados como la Argentina, las condiciones en las cárceles son peores que las de los países centrales en una escala atroz.

Secreto a voces
La superpoblación carcelaria, los alimentos en mal estado, la falta de un sistema que asegure la defensa por agravios producidos entre los presos, hace que sean ellos mismos quienes denuncien las terribles condiciones en que viven, a través de los medios a los que pueden acceder. Existen incluso programas televisivos que transmiten imágenes denunciando las condiciones infrahumanas en que se encuentran. Hay pruebas fehacientes de todo tipo que son testimonio de la situación; filmaciones, declaraciones, grabaciones, permiten comprobar los diversos maltratos que sufren los presos. Como si ello fuera poco, se han realizado numerosas investigaciones sociológicas sobre la vida al interior de las cárceles, que constituyen en sí mismas una denuncia.

Responsabilidad compartida
A pesar de todo, no hay una mejora sustancial en las condiciones carcelarias. El Estado argentino no garantiza las condiciones de salubridad que exige la ley y los gobiernos alegan que la razón es la falta de presupuesto. Es de esperarse que en un país donde se destinan escasos fondos a sectores básicos y necesarios como los de la alimentación, la vivienda, la salud y la educación, no se destinen grandes sumas a la parte donde se encuentran los excluidos, los delincuentes, aquellos considerados la escoria de la población. La mayoría de los reclusos pertenecen a sectores de bajos recursos, prueba irrefutable de que el mismo sistema económico y político encierra a aquellos a quienes induce, obliga, a violar la ley. No debe olvidarse que ellos no son más que el producto de esa sociedad, que son fruto de un sistema que no brinda oportunidades a todos por igual. Los presos son seres humanos, con derechos: el hecho de haber cometido un delito no constituye razón suficiente para apartarlos de esa condición.
Brenda Struminger

Fuentes:

Revista Acción Nº 1002 de la segunda quincena de mayo 2008: "Doble condena"
Diario Página/12 del 3 de abril de 2005: "Cárceles llenas de inocentes" y del 11 de diciembre de 2007: "El abandono de las cárceles en Argentina resulta incomparable"

Intersexualidad: el derecho para decidir

Por Rocío Moris





Más que cualquier otro, el siglo XXI es el principal agitador de la bandera de la liberación y de la apertura a todas las formas de expresión sexual. Sin embargo, siempre hay una excepción a la regla. En este caso, se trata de un puñado de personas que continúan archivando un pensamiento conservador sobre diversas cuestiones, y una de ellas es la sexualidad y el concepto que dice que un humano “solo puede ser varón o mujer”. Pero de vuelta una excepción. Al igual que los colores, no sólo hay blanco y negro, sino que hay otras variantes, otros grados que muestran la realidad natural. En el caso de los seres humanos se trata de los intersexuales, otra categoría de género que pocas veces se menciona y que, en definitiva, es parte de la realidad.

Un término único
Los conceptos para definir a pacientes intersexuales son variados: trastorno del desarrollo sexual, hermafroditismo, pseudohermafroditismo, son algunos de los nombres utilizados por el discurso medico para definir “un grupo de afecciones donde hay discrepancia entre los genitales externos e internos”. El problema con estas nociones es que, en la mayoría de los casos, son insensibles engañosas y hasta pueden crear confusión.

El pasaje hacia otro sexo
Además de los problemas en relación a la terminología de la condición y a los mitos que ha generado el concepto, la intersexualidad conlleva otra complicación aún más grave: ya que se trata de un ser con sexo ambiguo muchas veces, médicos y padres deciden arbitrariamente someter al intersexual desde niño, a una serie de tratamientos e intervenciones quirúrgicas para convertirlo a un determinado sexo. Los tratamientos incluyen cirugías reparadoras en sus genitales y la progresiva ingesta de hormonas –testosterona o progesterona- .



Un error irreparable
Este tipo de decisiones arbitrarias son consideradas por los afectados como “la clase de errores que pueden arruinar la vida de cualquiera”. Un caso concreto se registró en el año 1967, en el centro-oeste de los Estados Unidos y fue titulado como caso John-Joan. En él, el protagonista, nacido como varón, fue castrado clínicamente y convertido en mujer tras sufrir un accidente que le mutiló su miembro. Durante doce años, John-Joan fue acondicionado social, mental y hormonalmente, y aún así se sintió y comportó como hombre durante todo el proceso. Luego de cumplir 30 años se sometió a una cirugía reparadora. En mayo de 2004 se suicidó. Más tarde se dio a conocer su verdadera identidad: nació con el nombre de Bruce, fue criado como Brenda y terminó su vida llamándose David.

Una ponderación crítica
El caso, abrió el debate sobre la ética médica que, si bien implica que se debe tomar una decisión para evitar futuras complicaciones en el niño con características intersexuales, muchas veces se comenten errores fatales como consecuencia de una decisión apresurada. El verdadero problema reside en que siempre se prioriza el aspecto medico por sobre el psicológico.

Oscuras huellas del pasado


Una feroz dictadura que comenzó en 1976 dio el remate final a un siglo de terror e inestabilidad política. Aunque el resultado de esa época sea un país cuya meta política principal es una democracia fuerte, aún quedan huellas de un pasado que quiere ser dejado atrás. La Ley de Radiodifusión 22.285, que permanece vigente en nuestros días, es un caso de ello. Su sanción en 1980 sirvió primero a los intereses de la dictadura militar, deseosa de controlar todo tipo de expresión; y luego a los grupos económicos concentrados, apoyados por gobiernos neoliberales de típicos rasgos antiestatales y privatizadores.

Hoy, periodismo y poder económico
La principal finalidad del periodismo es informar de la manera más objetiva posible, tarea imposible de realizar si existen intereses económicos de por medio. Sin embargo, la labor informativa está en la Argentina a favor del poder económico. La ley de radiodifusión sigue estando al servicio de grandes empresas que poseen acciones en áreas diversas. Los principales encargados de la información y la difusión son algunos grupos monopólicos que tienen, como tales, enormes intereses económicos.

Hacia el cambio
Algunos miembros de la oposición reclaman que el actual impulso por parte del Gobierno a una nueva ley de radiodifusión no es más que otro capítulo en la pelea entre el oficialismo y uno de los monopolios antes mencionados; el Grupo Clarín, cuyo poder económico puede vislumbrarse en cualquier mapa de medios que esquematice la relación entre empresas mediáticas y empresas de cualquier otro tipo. De suponer que la oposición estuviera acertada, el proyecto no dejaría de ser razonable, e incluso saludable para la vida en democracia. En un país que intenta ser democrático, que intenta separarse de todo vestigio de un pasado político autoritario, una ley sancionada durante un Gobierno de facto no puede regir uno de los pilares básicos de la vida en democracia: la libertad de expresión, con su correlato en la diversidad y la pluralidad.

Pasos
Un primer paso para intentar garantizar la libertad de expresión en un país capitalista con un pasado de gobiernos neoliberales que favorecieron la privatización de todo tipo de empresas, incluídas las que tienen en sus manos la gran responsabilidad de la información y la comunicación, es la sanción de una ley que establezca las condiciones necesarias para el goce de ese derecho civil. La garantía de que dicha ley pueda realmente regular las reglas del juego es un segundo paso que habrá que debatir también.

Brenda Struminger

Picadas mortales: el caso de Matías Cardozo

Por Rocío Moris


“El 16/06/2008 alrededor de las 22.30hs, una gran persona llamada Matías Cardozo (Pato), fue quitado de nuestras vidas por un imbécil, que corría picadas en Av. Perón y Alvear, en la Localidad de San Martín, a dos cuadras de un destacamento de la Policía Buenos Aires 2. El asesino pasó por la puerta de la comisaría sin ser detenido, y se dio a la fuga sin importarle la vida de este joven, que mantenía una vida maravillosa, sana, llena de alegrías y de gente que lo quería de verdad. Porque él se hacia querer, con esa chispa juvenil de sus apenas 22 años y tantos por delante (…). Con esto, yo pregunto a los que se detuvieron a leer esta humilde carta: Madres, Padres, Hermanos, Novias, Amigos y hasta conocidos, ¿cómo se sentirían ustedes? Si te arrebatan así la vida de un ser querido? Con tanta impunidad que existe en este país, con casos similares. Ponete un segundo en nuestro lugar. Así era Pato”.

Mediante esta carta de denuncia es como su autor descarga su ira. Se llama Rafa y era uno de los amigos más cercanos de Matías Cardozo de 22 años, Pato para sus allegados, que salió de su casa en San Martín para comprar una tarjeta telefónica y poder hablar con su novia. Eran las 22.45 cuando se detuvo en el semáforo de Presidente Perón y Alvear. Justo antes de cruzar la calle fue embestido por un automóvil que corría una picada. Murió en el acto.

Hoy, a dos meses de cumplirse el primer aniversario de la tragedia, amigos y familiares ya tienen un repertorio de protestas y actividades desarroladas en nombre de Matías, que se iniciaron oficialmente con la convocatoria a una marcha desde el lugar del hecho hasta la comisaría 1ª de San Martín, ubicada en Ruta 8 y Mitre, a pocos días de su muerte.






Actividades de protesta
A partir de esa vez, todos los días 16 de cada mes se organiza una actividad distinta: el mes pasado fue una campaña de concientización en el centro del partido bonaerense en la que se repartieron volantes y se pegaron calcomanías con la foto de Matías en cada auto y colectivo que recorría la zona. Además, este mes se pondrá en marcha un proyecto municipal llamado Estrella Amarilla, que consistirá en pintar una estrella amarilla en cada lugar donde falleció una víctima por accidente de tránsito, como si fuera una señalización vial y tendrá un objetivo educacional.

El caso a la justicia
El Artículo 193 bis de la modificación de la ley 26.362
promulgada en abril de 2008 establece la ilegalidad de las picadas. Sin embargo, no parece suficiente. Desde el punto de vista judicial la causa por la muerte de Matías continúa abierta: se conoce la identidad del culpable pero la justicia nunca hizo el perdido de captura y ni siquiera se le sustrajo el registro.
Mientras tanto, los familiares de la víctima recorren las calles del conurbano pidiendo justicia pero más que nada, manteniendo viva la memoria de Matías con la esperanza de que sea el último.

Un espacio alternativo de cultura

Por Matías Noli


Aarón Rositto recorría el estacionamiento recuperado por los estudiantes de la facultad de Ciencias sociales, en Azcuenaga 933, con un sólo objetivo: difundir sus producciones. Aarón no tenía más de diez años, pero sí tenía una propuesta narrativa que ofrecerle a la décima Feria del Libro Independiente (FLIA) que se estaba llevando a cabo en ese lugar. En sus manos llevaba varios ejemplares de Historietas heróicas, un material dibujado y guionado por él mismo, en el artesanal formato de dos hojas A4 abrochadas con ganchitos. Costaban 2 pesos la tira corta y 3 la larga. La pregunta que surge luego de ver la historieta de Aarón no tiene tanto que ver con su contenido o su calidad, sino con que si podría tener lugar en el circuito editorial argentino, por ejemplo, en la Feria del Libro. La respuesta es, definitivamente, no.
Por esa razón, hace tres años, se creo la FLIA: para darle lugar a todo el bajage de artístas que no tiene las pretensiones o los medios comerciales para distribuir sus materiales con el nivel publicitario que disponen y exigen los grandes eventos. "Levantemos nuestras copas; bienvenidos a la poesía", gritó alguien desde la radio abierta, facilitada por FM La Tribu, que estaba montada allí, para dar inicio a la décima ocasión en que escritores, artesanos, poetas y diseñadores independientes se extendieron en más de 100 stands, a lo largo del estacionamiento recuperado de la facultad de Ciencias Sociales. Editoriales alternativas, como Eloisa la Cartonera o Duniashka, a la que pertenece Aarón, brindaron sus libros a precios realmente accesibles. Hubo, adémas, proyecciones de documentales y charlas debate.

Cine para pensar

Por Ezequiel Alvarez
El Judas sindicalista


Roberto Barreda y la bastardeada imagen de Perón




Desde tiempos bíblicos, y mucho antes, la traición ha formado parte del ser humano. La política no es la excepción a la regla. Menos cuando los elementos en disputa en alguna de los bandos no son ideológicos, sino poder y dinero. El sindicalismo burocrático es uno de los sectores en donde esa traición a las ilusiones y luchas de la clase obrera se hace más evidente. A más de 35 años del estreno de Los Traidores de Raymundo Gleyzer, el film aún continua vigente, ya que la corrupción, mezclada con los intereses y la dignidad de la clase obrera y sus dirigentes es cuestionada en la actualidad. Es una radiografía del pasado y presente del sindicalismo argentino.


El film, aunque este anclado en lo cotidiano, es una ficción, pero con claras similitudes a personajes sindicalistas argentinos. José Ignacio Rucci, dirigente sindical asesinado por Montoneros, comparte varias caracteristas con el personaje principal del largometraje Roberto Barrera, desde algunas fibras ideológicas hasta el aspecto físico y pasearse en un Torino blanco. La trama desmenuza la historia de vida de un militante sindical peronista de los años '60, que a medida que va subiendo dentro de la organización horizontal del sindicato, se ve corrompido por el poder y termina traicionando a sus compañeros, he incluso hasta a su propio padre y convicciones políticas. Dentro de los manejos turbios, torturas y asesinatos en nombre del sindicalismo, Barreda finge un auto secuestro para ganar las elecciones que lo llevaran a un nuevo mandato, generando el repudio de la clase trabajadora encausada en un grupo de base de antiguos compañeros de Barrera que acabaran con su vida.



Es una dramatización ejemplificadora de una de las tantas metamorfosis y luchas clasistas que ha sufrido la historia argentina. Siendo una crítica acida a las políticas de convivencia entre los sindicatos y las dictaduras de turno, también sin olvidar que fue producida por una organización militante como fue Cine de Base, la película fue víctima de persecución y censura por parte de gobiernos de turno y exhibida asiduamente en la clandestinidad. Hasta el sistema de distribución de los rollo se asemejaba más a un operativo militar para evitar que las copias caigan en manos equivocadas y desaparecieran. Sin olvidar que Gleyzer empuñó su cámara como un fusil desde la trinchera del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), brazo armado del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Militancia que selló su destino cuando paso a engrosar la lista de los desaparecidos producto de la desidia y cobardía de la última dictadura militar.



"La prédica de Roberto Barrera era un obstáculo para los enemigos de la Nación", remarca un hipotetico Presidente durante una mítica escena cargada de ironía donde el propio Barrera sueña con su velorio. Dejando en claro, que los propios enemigos de la Nación son aquellos que luchan por sus derechos y por su dignidad. Mientras tanto, los oprimidos siguen siendo los mismos de hace 35 años, y la traición dice presente cuando el poder la requiera. Una clase sindical corrupta es sinónimo de malestar, guante blanco, clientelismo y violencia. Los Traidores se encuentra concebida bajo esa realidad, que no dista demasiado de la actual, donde el grito y la necesidad del obrero no hacía eco en los oídos de una clase dirigente acostumbrada al dulce sonido de los billetes de las patronales.




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